sábado, 28 de mayo de 2011

Debate entre Régis Debray desde la filosofía y Jean Bricmont desde la ciencia con el título "A la sombra de la ilustración''

"A la sombra de la ilustración''

Los extravíos del pensamiento postmoderno han negado la realidad y en ella la naturaleza, así la persona se pierde en una especie de nada que sin fundamento intenta fundamentar las cosas. El problema es que esas cosas son la realidad aunque se la haya distorsionado. El avance científico se hace muchas veces sin referencia a la reflexión, al no contar con un concepto claro de naturaleza humana las consecuencias pueden ser calamitosas.

Jean Bricmont, profesor en la Universidad de Lovaina
Se ha publicado un debate entre Régis Debray desde la filosofía y Jean Bricmont desde la ciencia, con el título "A la sombra de la ilustración''.

Regis Debray, filósofo y escritor francés

En ese libro Bricmont dice: "Si hemos de hablar de práctica, yo subrayaría más bien el hecho de que la negación de la naturaleza humana conduce a una forma de apología del cinismo y de la violencia'' (pág. 71).

Eso aún visto desde una óptica científica, el argumento es que si se desconoce la naturaleza humana, se puede ignorar la moral inscripta en esa naturaleza y por ejemplo esclavizar al hombre. Puede ser más grave, se puede matar impunemente como es el caso del aborto legalizado. La decadencia actual de la razón estaría caracterizada por un dualismo, distinto del dualismo cartesiano que atribuyó el pensamiento al alma separada del cuerpo; ahora el dualismo es lenguaje y mundo. En el extremo de la negación de la realidad, el lenguaje, expresión del pensamiento, es tomado ahora como si fuera el lugar donde aparece el pensamiento sin relación con la realidad, "'hace como si residiese en un "discurso', un "lenguaje' o una "cultura' separados del mundo exterior.'' (op. cit. p. 69). El pensamiento, la razón, cuya decadencia se lamenta ahora, tiene relación con lo real.

Los tiempos que han hecho posible la aparición de la ilustración primero, del postmodernismo después, no pueden dejar de asombrar con la religiosidad en EEUU, en Europa se advierte la continuidad de la necesidad de pertenencia a una creencia; no obstante se hace necesario un debate sereno pero firme porque el cuadro normativo que guió mucho tiempo la cultura, se enfrenta ahora a formas variadas de postmodernismo que desde un discurso que no tiene qué decir, intentan imponer una cultura pseudocientífica. Lo sobrenatural está presente, aunque junto a las religiones haya aparecido lo que Régis Debray en el debate mencionado llama "pararreligiones de importación o de improvisación''. Se han instalado sectas con fines ocultos, en algunos casos derivadas del antiguo gnosticismo.

Ese panorama que puede ser de transición a una recuperación de la racionalidad, recuerda la civilización romana cuando aparece el cristianismo: había eclecticismo, orientalismo, religiosidad junto a cultos mistéricos, formas sustitutas ante la disminución de la influencia de los mitos y la tradición. La falta del marco teórico que aporta la tradición, lleva a buscar algún punto de referencia para responder a las necesidades existenciales del hombre. Hoy se agrega, por la facilidad técnica en las comunicaciones, una multiplicidad de mensajes, una cantidad de información que no puede ser procesada; la comprensión se dificulta. Se impone la tarea de recuperar la racionalidad, para eso hay que superar dificultades actuales, la modernidad tardía, desconoce aspectos fundamentales del pensamiento, la ontología (lo que tiene que ver con el ser), se queda con una visión fragmentaria y desfigurada de la realidad. Superadas esas dificultades se puede desarrollar una interpretación de este tiempo desde la religión, la filosofía y la ciencia.

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