Azucena Hernández Sánchez.
Valladolid. España. IBERCIENCIA.
Comunidad de Educadores para la Cultura Científica.
Desde pequeños adoptamos roles de género estereotipados que llevamos a lo largo de la vida. Se insiste en que muchas niñas no optan por el estudio de la física, la matemática o la ingeniería, entre otras razones, por la falta de ejemplos femeninos reales de profesionales en esos campos del conocimiento. Como educadores tendremos que facilitar muestras de su existencia, tal es el caso de la economista Esther Duflo, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2015.
Desde la Comunidad de Educadores para la Cultura Científica queremos contribuir para la consecución de las Metas Educativas 2021. No perdemos de vista que nuestro último objetivo es el pleno desarrollo de la persona y del entorno en el que ésta se encuentra. Pero para poder conocer si estamos dando los pasos adecuados, como científicos, lo debemos realizar de un modo sistemático, controlable y evaluable. El ejemplo de científica que traemos hoy aquí, ha recibido este galardón por caminar desde su área de conocimiento en este sentido.
Se trata de una mujer, de una persona joven en torno a los 40 años de edad, de una economista, de una persona que emplea las matemáticas para pensar cómo medir la mejora de las condiciones de vida de aquellos que están en peores condiciones. Ella trata de estudiar las causas de la pobreza pero sobre todo plantear soluciones para su erradicación. En 2003 fundó el Laboratorio para la Acción contra la Pobreza del Instituto Tecnológico de Massachusetts, junto a Abhijit Banerjee y a Sendhil Maullainathan, con los que lo dirige. Desde la microeconomía, la investigación científica de Duflo adapta y aplica métodos de selección aleatoria para evaluar la eficacia de políticas contra la desigualdad económica y social, tanto públicas como de ONG, fundaciones y organizaciones internacionales en los ámbitos de la educación, la salud, las microfinanzas y el empleo especialmente en África, Asia e Iberoamérica.
En su obra traducida al castellano como Repensar la pobreza: un giro radical en la lucha contra la desigualdad global, ha ofrecido a la comunidad científica, reconsiderar los puntos de partida y las generalizaciones monolíticas para definir otro tipo de teoría y así aplicar nuevas prácticas de Economía para el Desarrollo. El trabajo de esta científica se realiza en red, junto con su equipo, comienzan por cambiar las preguntas originarias y desde allí ofrecer respuestas basadas en los resultados de la investigación. Desde su perspectiva científica e ideológica, han renovado el diseño de estrategias de intervención, ofreciendo una guía de potencial transformador para políticos, activistas, comunidades y personas preocupadas por construir un mundo sin desigualdad.
Duflo en Repensar la pobreza presenta un alto nivel de rigor científico, disposición a aceptar el veredicto de los datos y un enfoque basado en preguntas concretas y específicas que tienen relevancia para la vida de las personas. Pero a la hora de definir los problemas y las soluciones en la desigualdad global, hace patente que la misma persona que sufre los efectos de la pobreza es clave en esta lucha y hay que contar con ella como fuente de información válida y efectiva. Banerjee y Duflo desvelan la importancia que tiene acercarse a las personas y distinguirlas como protagonistas y sujetos clave en el desarrollo de las acciones antipobreza, algo que puede parecer evidente para otras áreas de conocimiento pero que no siempre es así desde análisis estrictamente cuantitativos de la Economía.
Hasta aquí hemos presentado brevemente a Esther y a su obra, pero lo más interesante para una comunidad de educadores es retomar la primera palabra de su libro estrella: Repensar. Si queremos aumentar el número de mujeres científicas, como facilitadores de conocimiento, deberemos ofertar un amplio abanico de modelos de personas y dotar al alumnado, hombres y mujeres, de estrategias de pensamiento personal para que creen su propio casting de candidatos y candidatas donde verse reflejados para generar su singular y único modelo de persona y de profesional que quiera mejorar el mundo.
Estamos imbuidos en una atmósfera de comunicación en ocasiones sin conocimiento. De modas con frecuencia pasajeras y pagadas. A veces nos asumimos, casi por ósmosis valores, ideas, actitudes que nos moldean y construyen en direcciones frecuentemente no pensadas ni deseadas por nosotros mismos. No reflexionamos ni valoramos con rigor si lo que se nos vende y ofrece tiene calidad humana y científica, si famosos, premiados, honorables, son realmente así y conforme a qué se potencia, valora o magnifica sus obras, méritos y tareas emprendidas.
Como actividad de aula, enmarcable en cada contexto social, educativo y curricular podríamos proponer al alumnado que a lo largo del curso académico realicen su propio casting de modelos científicos. Se trata de generar un “Book fotográfico para modelos” donde fueran recopilando de modo sistemático y creativo las figuras de personas que son modelos para ellas y ellos.
Partiendo de una ficha base facilitada por el docente, el alumnado podría repensar lo que esa persona aporta al mundo a ellos como estudiantes. La propuesta de intervención comenzaría con una búsqueda de información sobre ese científico y sus circunstancias para terminar con una autoreflexión que generara una conclusión de actuación por automoldeamiento con lo que a él o a ella pueda servir para ser mejor persona, estudiante y profesional. De modo que cada discente plasmará de la forma más creativa y atractiva posible en su book para compartir con otros alumnos.
Ítems como los siguientes podrían formar parte de esta ficha para el casting de estas personas modelo: ¿Quién es? ¿Cuándo nació? ¿Dónde? ¿Cómo aprendió? ¿Dónde y cómo estudió? ¿Sobre qué áreas de conocimiento es experta? ¿Qué investigaciones, descubrimientos, avances sociales ha fomentado? ¿En qué es innovadora? ¿Cómo se diferencia de otros? ¿Qué metodología emplea? ¿Qué ideología tiene? ¿Qué axiología? ¿Qué pros y contras encuentras en sus aportaciones? ¿Para quién trabaja? ¿Quién financia sus trabajos? ¿En qué se diferencia de ti? ¿En qué se parece? ¿Qué te gustaría desarrollar en ti de lo que esta persona ofrece? ¿Podrías contactar con él o ella? ¿Qué le preguntarías? ¿Qué propone para crear un mundo mejor? ¿Qué propones tú siguiendo su ejemplo?
La educación de la persona, especialmente de la mujer, es una herramienta de lucha contra la pobreza, la violencia, el embarazo precoz y la falta de oportunidades. Sin embargo, aún es un reto para las mujeres desarrollar sus proyectos de vida insertadas en los sectores más dinámicos y mejor remunerados de la sociedad. Fomentar dichos modelos científicos, proactivos y constructivos, es una tarea conjunta de muchos agentes sociales y educativos. Supone un trabajo arduo que quizás sólo se aprecie a medio y largo plazo pero no por ello lo debemos postergar. Repensar las didácticas, los métodos y las reflexiones personales y sociales que generan esos modelos, con ejemplos reales y actuales, nos puede ayudar a ello. Mostrar que no sólo celebrities, actrices, mises de belleza, deportistas o pintorescos personajes televisivos tienen reconocimiento social si no también personas que piensan y repiensan un mundo mejor.
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