jueves, 18 de noviembre de 2010

Dia Mundial da Filosofia UFRJ / UNESCO - Parte II

Dia Mundial da Filosofia UFRJ / UNESCO - Parte I

Unesco: celebran Día Mundial de la Filosofía





París, 18 nov (PL) Más de 80 países de diferentes regiones del planeta abren hoy espacios a la reflexión y estimularán el pensamiento crítico y el debate para celebrar el Día Mundial de la Filosofía auspiciado por la UNESCO.

  En ciudades de Cuba, Ecuador México, Argentina, Guatemala, Chile, Uruguay, Canadá, Alemania, Camerún, España, Rusia, Francia, India, Madagascar, Gran Bretaña, Senegal, entre otras naciones, los intríngulis de esta ciencia estarán accesibles a todos.

La sede de la UNESCO, de esta capital, será centro de un Fórum internacional que contara con la participación de pensadores y políticos de renombre mundial, según anticipó la Organización.

También se desarrollarán múltiples coloquios y eventos entre los que se citan la mesa redonda "Mujeres filósofas y lo políticamente correcto", un salón del libro, talleres de niños, un Café "filo" entre otras actividades. La jornada cerrará con un concierto.

En 2010 este Día Mundial se inscribe también en el marco del Año Internacional del Acercamiento de las Culturas y, por lo tanto, adquiere especial relieve señaló la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, en su mensaje por este acontecimiento.

La filosofía es, en efecto, una escuela de la diversidad, merced a la riqueza de sus corrientes, en todas las épocas y todos los continentes, señaló.

Según Bokova, cada año la celebración de este día es una ocasión única de congregar a todos los que en el mundo se interesan por esta ciencia y una oportunidad de estimular la reflexión sobre los problemas contemporáneos.

Puesto que los baluartes de la paz han de erigirse en la mente de los hombres, nuestro deber consiste en obrar por fortalecer esas mentes, mediante el pensamiento crítico y la comprensión mutua, dijo la Directora General.

La filosofía es una exigencia de nuestra época, y su consolidación un eje primordial de mi compromiso en favor de un nuevo humanismo, añadió Bokova en su comunicación.

El Día Mundial de esta ciencia se celebra el tercer jueves de noviembre de cada año desde 2002 por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

sábado, 6 de noviembre de 2010

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Crepúsculo parte 13

crepusculo parte 12

Crepúsculo parte 11

crepusculo parte 10

crepusculo parte 8

crepusculo parte 9

crepusculo parte 7

crepusculo español parte 6

Crepúsculo (Parte 5 en español)

Crepusculo pelicula en español parte 4

Crepusculo pelicula en español parte 3

Crepusculo pelicula en español parte 1

Crepusculo pelicula en español parte 2

Luna Nueva - Parte 1

miércoles, 27 de octubre de 2010

Buscan desarrollo sostenido para las megalópolis

Cinco centros de investigación alemanes, dos universidades chilenas y la CEPAL, buscan establecer hasta el 2013 estrategias para un desarrollo sostenido en las megaciudades, agobiadas por la sobrepoblación.
Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Avenida 9 de Julio, en Buenos Aires.
Las cifras son dramáticas. Según estimaciones de la ONU, el 90% del crecimiento de la población mundial se concentrará en las ciudades. Dentro de diez años habrá más de 60 ciudades con más de cinco millones de habitantes, la mayoría en países en desarrollo. La urbanización excesiva tendrá enormes y negativos efectos sobre el medioambiente. Aunque las ciudades representan tan sólo el 2% de la superficie terrestre, consumen un 75% de los recursos naturales. Entre las consecuencias de este desarrollo se temen cantidades gigantescas de basura, de contaminación de agua, crecientes brechas sociales y dificultades en el abastecimiento de agua potable.
Ciudades en varios estados
Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift:  Vista panorámica de la Ciudad de México.  
"Un futuro sin intervención, dejado a las fuerzas que operan hoy, provocaría extensísimas zonas conurbadas, ciudades enormemente extendidas que abarcarían a muchos estados, como sería el caso de México, o regiones enteras, como sería el caso de Santiago de Chile", dice el experto de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), Jose Luis Samaniego, en conversación con DW-WORLD. "Quedarían conurbadas innumerables ciudades intermedias con mucha informalidad en los mecanismos de apropiación de suelo, con un enorme reto en la prestación de servicios", afirma.
El experto añade que eso implicaría también una enorme transferencia de recursos públicos para poder ir satisfaciendo la creciente extensión urbana. "Adicionalmente estas metrópolis serían grandes polos consumidores de energía, tendríamos un futuro de contaminación atmosférica muy serio y una enorme presión en el sector externo para los países dependientes de las importaciones de petróleo, de automóviles y vehículos para el transporte urbano", explica.
Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift:  Vista panorámica de Bogotá, Colombia.
Esfuerzo multidisciplinario y multilateral
Cinco centros de investigación alemanes; el Centro de Investigación de Karlsruhe (Forschungzentrum Karlsruhe), el Centro de Investigación Geográfica de Potsdam (GeoForschungsZentrum Potsdam), el Centro alemán de Navegación Aeroespacial (Deutsches Zentrum für Luft und Raumfahrt), el Centro de Investigación de Infecciones de Braunschweig (Helmholtz-Zentrum für Infektionsforschung Braunschweig) y el Centro Helmholtz de Investigación Medioambiental de Leipzig (Helmholtz-Zentrum für Umweltforschung Leipzig) cooperan con dos universidades chilenas, la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica de Chile y la CEPAL, para tratar de detener el crecimiento caótico de las megalópolis en América Latina. Con un presupuesto de 2 millones de euros al año, la iniciativa  contará con la participación de 40 científicos.
Los investigadores han delineado diez áreas de intervención específica, que son: la calidad del aire y salud, el manejo del suelo, la dotación y servicios de agua, la brecha social con grandes bolsas de riqueza y de pobreza que interactúan poco, sistemas de energía, de manejo de residuos, y transporte. Adicionalmente se analizará el problema de la gobernabilidad, el manejo del riesgo y del desarrollo sostenible.
Samaniego señala que hay ejemplos de avances importantes en áreas específicas en distintas ciudades de América Latina.  "Sobresale la ciudad de Curitiba, al sur de Brasil, que construyó el primer sistema de transporte masivo alrededor del cual se estructuró el uso del suelo. Un modelo que tardó muchos años en repetirse en otras ciudades. Bogotá dio un gran salto en 1992 con la construcción del sistema Transmilenio, que demostró que hay sustitutos del metro, realizables a una fracción del costo del metro tradicional. La ciudad de México tuvo éxito en introducir el sistema Metrobús, también como el Transmilenio, un sistema de carriles confinados sobre la avenida más larga de la ciudad que es Insurgentes y que ha contribuido enormemente a descontaminar la atmósfera, descongestionar el tráfico y reducir el ruido. Buenos Aires tiene un excelente uso del suelo mixto en la zona consolidada de la ciudad, lo que permite evitar la segregación social pues toda la urbe esta sometida a usos múltiples", afirma.
Santiago de Chile será el primer caso estudio de la investigación. La región padece de los típicos problemas de las megaciudades y ofrece al mismo tiempo soluciones potenciales. Aunque la investigación se encuentra en su fase inicial una cosa queda clara a los científicos: no es suficiente con analizar aspectos aislados, sólo una solución integral puede resolver el gran desafío que representan las megalópolis para la humanidad.
Jose Luis Samaniego es jefe de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos, de la CEPAL.

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miércoles, 20 de octubre de 2010

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martes, 19 de octubre de 2010

Platón El mito de la Caverna.

El mito de la Caverna es el texto central de la República, y uno de los parrafos mas conocidos y comentados de toda la historia de la Filosofia. Platón se sirve de esta alegoría para exponer su teoria acerca de la realidad (La Teoria de las Ideas) y sus ideas acerca de la educacion del sabio, quien es el llamado para gobernar la útopica República.

Voy a dejar aqui el texto que tenemos que comentar.
            “I.- Y a continuación -seguí-, compara con la siguiente escena el estado en que, con respecto a la educación o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza. Imagina una especie de cavernosa vivienda subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de toda la caverna, y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las piernas y el cuello, de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo más y en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto, a lo largo del cual suponte que ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan entre los titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquellos sus maravillas.
            ‑Ya lo veo ‑dijo.
            ‑Pues bien, ve ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres que transportan toda clase de objetos, cuya altura sobrepasa la de la pared, y estatuas de hombres o animales hechas de piedra y de madera y de toda clase de materias; entre estos portadores habrá, como es natural, unos que vayan hablando y otros que estén callados.
            ‑¡Qué extraña escena describes ‑dijo‑ y qué extraños prisioneros!
            ‑Iguales que nosotros ‑dije‑, porque en primer lugar, ¿crees que los que están así han visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que está frente a ellos?
            ‑¿Cómo ‑dijo‑, si durante toda su vida han sido obligados a mantener inmóviles las cabezas?
            ‑¿Y de los objetos transportados? ¿No habrán visto lo mismo?
            ‑¿Qué otra cosa van a ver?
            -Y si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no piensas que creerían estar refiriéndose a aquellas sombras que veían pasar ante ellos?
            ‑Forzosamente.
            ‑¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? ¿Piensas que, cada vez que hablara alguno de los que pasaban, creerían ellos que lo que hablaba era otra cosa sino la sombra que veían pasar?
            -No, ¡por Zeus! ‑dijo.
            ‑Entonces no hay duda ‑dije yo‑ de que los tales no tendrán por real ninguna otra cosa más que las sombras de los objetos fabricados.
            ‑Es enteramente forzoso ‑dijo.
            -Examina, pues ‑dije‑, que pasaría si fueran liberados de sus cadenas y curados de su ignorancia, y si, conforme a naturaleza, les ocurriera lo siguiente. Cuando uno de ellos fuera desatado y obligado a levantarse súbitamente y a volver el cuello y a andar y a mirar a la luz, y cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa de las chiribitas, no fuera capaz de ver aquellos objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees que contestaría si le dijera alguien que antes no veía más que sombras inanes y que es ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y vuelto de cara a objetos más reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera mostrándole los objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es cada uno de ellos? ¿No crees que estaría perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería más verdadero que lo que entonces se le mostraba?
            -Mucho más ‑dijo.
            II. ‑Y si se le obligara a fijar su vista en la luz misma, ¿no crees que le dolerían los ojos y que se escaparía, volviéndose hacia aquellos objetos que puede contemplar, y que consideraría que estos son realmente más claros que los que le muestra?
            ‑Así es ‑dijo.
            ‑Y si se lo llevaran de allí a la fuerza ‑dije‑, obligándole a recorrer la áspera y escarpada subida, y no le dejaran antes de haberle arrastrado hasta la luz del sol, ¿no crees que sufriría y llevaría a mal el ser arrastrado, y que, una vez llegado a la luz, tendría los ojos tan llenos de ella que no sería capaz de ver ni una sola de las cosas a las que ahora llamamos verdaderas?
            ‑No, no sería capaz ‑dijo‑, al menos por el momento.
            ‑Necesitaría acostumbrarse, creo yo, para poder llegar a ver las cosas de arriba. Lo que vería más fácilmente serían, ante todo, las sombras; luego, las imágenes de hombres y de otros objetos reflejados en las aguas, y más tarde, los objetos mismos. Y después de esto le sería más fácil el contemplar de noche las cosas del cielo y el cielo mismo, fijando su vista en la luz de las estrellas y la luna, que el ver de día el sol y lo que le es propio.
            ‑¿Cómo no?
            -Y por último, creo yo, sería el sol, pero no sus imágenes reflejadas en las aguas ni en otro lugar ajeno a él, sino el propio sol en su propio dominio y tal cual es en sí mismo, lo que él estaría en condiciones de mirar y contemplar.
            ‑Necesariamente ‑dijo.
            -Y después de esto, colegiría ya con respecto al sol que es él quien produce las estaciones y los años y gobierna todo lo de la región visible, y que es, en cierto modo, el autor de todas aquellas cosas que ellos veían.
            ‑Es evidente ‑dijo‑ que después de aquello vendría a pensar en eso otro.
            ‑¿Y qué? Cuando se acordara de su anterior habitación y de la ciencia de allí y de sus antiguos compañeros de cárcel, ¿no crees que se consideraría feliz por haber cambiado y que les compadecería a ellos?
            -Efectivamente.
            ‑Y si hubiese habido entre ellos algunos honores o alabanzas o recompensas que concedieran los unos a aquellos otros que, por discernir con mayor penetración las sombras que pasaban y acordarse mejor de cuáles de entre ellas eran las que solían pasar delante o detrás o junto con otras, fuesen más capaces que nadie de profetizar, basados en ello, lo que iba a suceder, ¿crees que sentiría aquél nostalgia de estas cosas o que envidiaría a quienes gozaran de honores y poderes entre aquellos, o bien que le ocurriría lo de Homero, es decir, que preferiría decididamente “trabajar la tierra al servicio de otro hombre sin patrimonio” o sufrir cualquier otro destino antes que vivir en aquel mundo de lo opinable?
            -Eso es lo que creo yo ‑dijo‑: que preferiría cualquier otro destino antes que aquella vida.
            -Ahora fíjate en esto ‑dije‑: si, vuelto el tal allá abajo, ocupase de nuevo el mismo asiento, ¿no crees que se le llenarían los ojos de tinieblas, como a quien deja súbitamente la luz del sol?
            -Ciertamente ‑dijo.
            ‑Y si tuviese que competir de nuevo con los que habían permanecido constantemente encadenados, opinando acerca de las sombras aquellas que, por no habérsele asentado todavía los ojos, ve con dificultad ‑y no sería muy corto el tiempo que necesitara para acostumbrarse‑, ¿no daría que reír y no se diría de él que, por haber subido arriba, ha vuelto con los ojos estropeados, y que no vale la pena ni aun de intentar una semejante ascensión? ¿Y no matarían, si encontraban manera de echarle mano y matarle, a quien intentara desatarles y hacerles subir?
            -Creo que sí ‑dijo.
            III.‑Pues bien ‑dije‑, esta imagen hay que aplicarla toda ella, ¡oh amigo Glaucón! a lo que se ha dicho antes; hay que comparar la región revelada por medio de la vista con la vivienda‑prisión, y la luz del fuego que hay en ella, con el poder del sol. En cuanto a la subida al mundo de arriba y a la contemplación de las cosas de este, si las comparas con la ascensión del alma hasta la región inteligible no errarás con respecto a mi vislumbre, que es lo que tú deseas conocer, y que sólo la divinidad sabe si por acaso está en lo cierto. En fin, he aquí lo que a mí me parece: en el mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien, pero, una vez percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello que hay en todas las cosas; que, mientras en el mundo visible ha engendrado la luz y al soberano de ésta, en la inteligible es ella la soberana y productora de verdad y conocimiento, y que tiene por fuerza que verla quien quiera proceder sabiamente en su vida privada o pública.
            -También yo estoy de acuerdo ‑dijo‑, en el grado en que puedo estarlo.
            -Pues bien ‑dije‑, dame también la razón en esto otro: no te extrañes de que los que han llegado a ese punto no quieran ocuparse en asuntos humanos; antes bien, sus almas tienden siempre a permanecer en las alturas, y es natural, creo yo, que así ocurra, al menos si también esto concuerda con la imagen de que se ha hablado.
            ‑Es natural, desde luego ‑dijo.
            ¿Y qué? ¿Crees ‑dije yo‑ que haya que extrañarse de que, al pasar un hombre de las contemplaciones divinas a las miserias humanas, se muestre torpe y sumamente ridículo cuando, viendo todavía mal y no hallándose aún suficientemente acostumbrado a las tinieblas que le rodean, se ve obligado a discutir, en los tribunales o en otro lugar cualquiera, acerca de las sombras de lo justo o de las imágenes de que son ellas reflejo, y a contender acerca del modo en que interpretan estas cosas los que jamás han visto la justicia en sí?
            ‑No es nada extraño ‑dijo.
            -Antes bien ‑dije‑, toda persona razonable debe recordar que son dos las maneras y dos las causas por las cuales se ofuscan los ojos al pasar de la luz a la tiniebla y al pasar de la tiniebla a la luz. Y una vez ha ya pensado que también le ocurre lo mismo al alma, no se reirá insensatamente cuando vea a alguna que, por estar ofuscada, no es capaz de discernir los objetos, sino que averiguará si es que, viniendo de una vida más luminosa, está cegada por falta de costumbre, o si, al pasar de un mayor ignorancia a una mayor luz, se ha deslumbrado por el exceso de ésta; y así, considerará dichosa a la primer alma, que de tal manera se conduce y vive, y compadecerá a la otra, o bien, si quiere reírse de ella, esa su risa será menos ridícula que si se burlara del alma que desciende de la luz.
      -Es muy razonable -asintió‑ lo que dices”.

PLATÓN, La República, libro VII, 514a-518b (trad. M. Fernández-Galiano, Madrid, Alianza, 1998, pp. 368-375).
Y, una vez haya pensado que también le ocurre lo mismo al alma, no se reirá insensatamente cuando vea a alguna que, por estar ofuscada, no es capaz de discernir los objetos, sino que averiguará si es que, viniendo de una vida más luminosa, está cegada por falta de costumbre o si, al pasar de una mayor ignorancia a una mayor luz, se ha deslumbrado por el exceso de ésta; y así considerará dichosa a la primera alma, que de tal manera se conduce y vive, y compadecerá a la otra, o bien, si quiere reírse de ella, esa risa será menos ridícula que si se burlara del alma que desciende de la luz.
-Es muy razonable- asintió -lo que dices.
-Es necesario, por tanto -dije-, que, si esto es verdad, nosotros consideremos lo siguiente acerca de ello: que la educación no es tal corno proclaman algunos que es. En efecto, dicen, según creo, que ellos proporcionan ciencia al alma que no la tiene del mismo modo que sí infundieran vista a unos ojos ciegos.
-En efecto, así lo dicen -convino.
-Ahora bien, la discusión de ahora -dije- muestra que esta facultad, existente en el alma de cada uno, y el órgano con que cada cual aprende, deben volverse, apartándose de lo que nace, con el alma entera –del mismo modo que el ojo no es capaz de volverse hacia la luz, dejando la tiniebla, sino en compañía del cuerpo entero-, hasta que se hallen en condiciones de afrontar la contemplación del ser, e incluso de la parte más brillante del ser, que es aquello a lo que llamamos bien. ¿No es eso?
- Eso es.

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