-¿Cuál fue el enfoque de su presentación sobre la “Filosofía como forma de vida”?
-Este ciclo, que había girado en torno a la Filosofía y la vida cotidiana, me estimuló a pensar sobre la vida cotidiana de los filósofos. Habitualmente se ha pensado que la Filosofía se distancia de la vida cotidiana para sumergirse en la profundidad de los pensamientos. Me parecía que valía la pena analizar cómo se ha ido desarrollando las condiciones de la vida cotidiana de los filósofos para ver cuáles son los desafíos que tienen que enfrentar, sobre todo cuando la Filosofía se ha institucionalizado en la Universidad.
-¿Cuáles son los rasgos generales que ha encontrado en este análisis?
-Lo que habíamos marcado en mi presentación y en la intervención de los compañeros, es que desde que la Filosofía ingresa a la Universidad por el siglo XVIII, en la Universidad moderna, y adquiere el formato del Profesorado en Filosofía, el filósofo se transforma en profesor de Filosofía. Comienza a introducirse una práctica de condicionamientos institucionales, que le exigen dejar afuera una serie de prácticas que acompañaban el compromiso del pensar filosófico con una transformación de su modo de vida. En la antigüedad se reconocía al filósofo por tener una existencia singular frente a los demás. Cada vez se siguen transformando en hombres comunes que tienen un discurso filosófico, pero no ya una forma de vida filosófica.
-¿Es decir que están inmersos más dentro de la vida cotidiana, e influenciados también por eso?
-Exacto, lo que conlleva es también un resultado en nuestra realidad inmediata de las transformaciones de la Universidad a la “Universidad de masas”, que ha hecho también que los hombres comunes como nosotros ingresemos a una educación y a una formación filosófica. Es decir es el resultado de una ventaja de un triunfo de la educación superior que abre las puertas a los sectores populares. Pero a la vez nos lleva al problema de ir perdiendo de vista esa relación existencial entre la verdad filosófica y la forma de vida que asumimos. Como decís muy bien vos, hay una Filosofía menos elitista pero también puede haber una Filosofía que quede fagocitada por la institucionalización.
-¿Es decir que tomar distancia también se hace difícil a la vez?
-Claro, la pregunta es hacia donde queremos dirigir esa distancia que queremos construir. Si queremos ser de nuevo hombres que se distancian de la cotidianeidad para reflexionar de lo que les pasa. O bien si queremos construir esa distancia como una diferencia entre las formas en que el mercado y las relaciones de poder homogenizan nuestra forma de existencia, hacia donde queremos producir ese distanciamiento filosófico, o un retiro hacia la profundidad del pensamiento o más bien una especie de posicionamiento crítico frente al modo en que las sociedades de consumo también han penetrado en las formas de vida de los hombres de la Filosofía.
-¿Entonces existe esta dicotomía entre aquéllos que se alejan para tener cierta perspectiva, y otros que están más inmersos o son más críticos?
-Creo que lo que se logró establecer hoy es que amerita ser pensada, y que en torno a esa cuestión de qué tipo de vida queremos tener aquellos que repensamos la Filosofía como un modo de existencia. Hay distintas distribuciones de cada uno de los miembros del campo académico, algunos estarán más próximos a esta idea, y algunos tratan de reafirmar más el sentido tradicional del quehacer filosófico. No estamos en condiciones de decir cómo se cuantifica esa dispersión, pero lo cierto es que el espacio resulta muy estimulante para pensar con un grupo de compañeros que quiere romper con las modalidades académicas del ejercicio de la Filosofía, pensar en problemas que nos inquietan y que incitan a comprometer la tarea crítica de la Filosofía en un sentido concreto, y las aproximaciones a la realidad social.
-¿Por ejemplo las problemáticas?
-Por ejemplo las luchas sociales sobre todo, de todos aquellos que buscan transformar el presente, y la Filosofía tiene que tratar dimensionar qué grado de emancipación está puesto en juego en esas luchas.
-De todos modos la Filosofía parece estar más cercana a la gente, no solamente desde el campo académico…
-Si uno piensa en nuestra realidad nacional por ejemplo, uno nota que hay ciertos esfuerzos sobre todo a partir de la participación de filósofos en espacios mediáticos, que han hecho que la Filosofía deje de ser un saber erudito y para pocos, y muestre cómo es posible desarrollar cierto ejercicio de la reflexión con grandes sectores de la población, lo que se llama el gran público. Eso para mí es muy valioso.
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