ARACELI R. ARJONA 12/12/2013
Juan Luis Arsuaga y el decano de Filosofía, Eulalio Fernández, entran al auditorio de la facultad.
Foto:SANCHEZ MORENONoticias relacionadas
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Los científicos contamos historias y los que nos dedicamos a las ciencias históricas, con más motivo". Juan Luis Arsuarga, ese científico (o profesor, como le gusta definirse) codirector de Atapuerca que ha vuelto a saltar a la primera línea de todos los medios de comunicación tras publicar en Natureel último hallazgo revolucionario registrado en el yacimiento burgalés, la secuencia del ADN de un fémur perteneciente a un homínido de hace más de 400.000 años, estuvo ayer en Córdoba para contar una historia, ni más ni menos que "la historia de la humanidad". Lo hizo en la facultad de Filosofía y Letras ante un auditorio repleto de estudiantes, profesores, decanos y vicerrectores que escucharon, ávidos de conocimiento, las enseñanzas de todo un maestro.
Antes de subirse al estrado, habló con los medios, ante los que explicó la trascendencia del hallazgo. "Para empezar, estamos ante un gran avance tecnológico porque se ha conseguido recuperar ADN muy muy antiguo, más antiguo que lo que se había recuperado hasta ahora y eso abre la puerta a la recuperación de más ADN", señaló, "pero no hay que perder de vista que conocemos el ADN metocondrial de un individuo", es decir, "todo lo que se sabe hasta ahora de la genética de la humanidad de más de cien mil años es este individuo, la historia del origen humano empieza con ese fémur, un fémur que puede revelar las relaciones evolutivas entre homínidos en un momento de la evolución humana en que están empezando a surgir, a diferenciarse especies casi legendarias como los neardentales, que se han perdido en el tiempo". Sin embargo, Arsuaga asegura que "éste es el comienzo de la investigación". A partir de ahora, "empieza todo el trabajo de comparación, con otros ADN de otros fósiles y, como solo tenemos un individuo, también intentaremos recuperar ADN del núcleo, para compararlo con este metocondrial, y el de otros individuos".
En su conferencia, Arsuaga abogó por recuperar la integración de la ciencia y las humanidades, "como en esos tiempos en que debatían y discutían Ramón y Cajal con Severo Ochoa, Buñuel o Dalí, cuando solo había una única clase intelectual que compartía preocupaciones". A partir de ahí, se adentró en Atapuerca, en los avances obtenidos, en los detalles que hacen que este yacimiento sea único en el mundo y en las razones por las que la producción científica que genera es tan ingente.
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