martes, 28 de agosto de 2012

Soplan buenos vientos para la comunicación de la ciencia con fines educativos

Por Dra. Diana Cazaux. 
Presidente de la Asociación Iberoamericana de Periodismo Científico
Aporte sobre Ciencia, Tecnología e Innovación para el desarrollo y la cohesión social 

La Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) acaba de presentar el documento “Ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo y la cohesión social. Programa iberoamericano en la década de los bicentenarios”, sin duda un valioso aporte de propuestas que es de esperar se canalicen en un programa común para Iberoamérica.


Evalúo que atendiendo a la innovación así considerada, en esta oportunidad, América Latina logrará cristalizar el viejo anhelo, iniciado en la segunda mitad del siglo veinte, tendiente a aprovechar las oportunidades que el conocimiento científico y tecnológico ofrece y que estuvo presente en sus políticas desarrollistas.

Vemos con beneplácito que el documento destaca que en los primeros años del siglo XXI la política científica y tecnológica está siendo progresivamente incorporada a la agenda de los países de Iberoamérica
La inversión en ciencia, tecnología y educación superior ha aumentado en casi toda Iberoamérica. La mayor parte de los países han comenzado a formular y aplicar políticas de estímulo a la innovación. La cooperación internacional en ciencia y tecnología ha crecido y nutre las relaciones entre Iberoamérica y el resto del mundo.  La creación de un espacio común destinado a fortalecer la educación superior, la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación es la tarea que se impone.

Para lograr sus objetivos el documento de la OEI describe estrategias basadas en diferente propuestas. Una de las estrategias pivotea en fomentar la cultura científica y la percepción pública de la ciencia y la tecnología.

Esta estrategia se orienta a mejorar la comunicación del conocimiento científico y tecnológico y a tomar el pulso a la opinión pública acerca de estos temas.
Se basa en el supuesto de que la información y cultura científica constituyen la base para la participación ciudadana y la democratización de la toma de decisiones en ciencia y tecnología.

Para llevar a cabo este objetivo ofrece tres propuestas: 

• Comunicación y divulgación científica.
Esta propuesta se orienta a fomentar las tareas de comunicación y divulgación científica, involucrando más activamente a los investigadores en actividad, especialmente a las generaciones jóvenes, quienes se han mostrado durante los últimos años especialmente más predispuestos a relacionarse con los públicos.
Para ello, se propone dar apoyo las actividades de formación que en estos temas lleva adelante el Centro de Altos Estudios Universitarios (CAEU) de la OEI.

• Monitorear el estado de opinión pública sobre ciencia y tecnología. 
Los desafíos de vincular la ciencia y la tecnología a las demandas sociales, así como la necesidad de fomentar la participación ciudadana, requieren la continuidad y profundización de los esfuerzos por medir la percepción social de la ciencia y la tecnología. Algo más de la mitad de los países de Iberoamérica ya cuentan con alguna experiencia en encuestas de alcance nacional en las que se miden las expectativas y las actitudes públicas hacia la ciencia y la tecnología. Algunos como España, México o Argentina miden con cierta regularidad –o han incorporado la medición como objetivo de política- desde algunos años.
Otros países, como Venezuela, Colombia, Panamá, Uruguay o Chile han realizado al menos el ejercicio de gran escala. De igual manera, también existen estudios comparativos de alcance regional, en base a metodologías comunes de medición, que fueron propiciados por instituciones y organismos de cooperación como la OEI y la RICYT con el apoyo de instituciones políticas, científicas y universidades nacionales de distintos países.
La propuesta consiste, en este caso, en dar impulso a la realización de encuestas en los países donde aún no se han desarrollado y fortalecer el diseño de metodologías comunes de medición a fin de lograr una mejor integración de las fuentes de información y mejorar la comparabilidad de resultados en vistas a un panorama regional articulado.
También es necesario avanzar hacia la elaboración en el mediano plazo de un Ibero barómetro de percepción social de la ciencia en condiciones de recoger las especificidades regionales y comparaciones a escala internacional, así como desarrollar estudios de actitudes públicas en temas específicos.

Evaluar la exposición de la ciencia en medios de comunicación.
Se propone generar un programa de indicadores de monitoreo que permita evaluar la forma en que la ciencia y la tecnología son presentadas en los medios de comunicación iberoamericanos.
Los medios masivos de comunicación constituyen una de las instituciones fundamentales de la modernidad y han pasado a desempeñar un rol central en las democracias contemporáneas. 
Estos medios de comunicación –los tradicionales y los nuevos de las sociedades informatizadas- son los que posibilitan que la ciencia haya ido diversificando sus audiencias y ganando al mismo tiempo una presencia permanente en el discurso social. Junto con ello, la propia ciencia ha experimentado un proceso de mediatización creciente, como también lo experimentaron otros ámbitos sociales, como la política.
Esto implica que la lógica de la industria cultural y de los medios de comunicación han sido modificando las prácticas de las instituciones científicas y, también, introduciendo nuevos valores en la comunidades de la ciencia.

Los estudios de percepción del mundo entero muestran, además, la obvia conclusión de que el contacto más directo de la sociedad con la ciencia está mediatizado por los medios informativos.
Los medios son, por lo tanto, instrumentos poderosos para la configuración de las representaciones sociales sobre la ciencia y la tecnología. Pero, además, también los medios son vehículos de vital importancia para promover actitudes positivas y un clima social favorable hacia el desarrollo de una cultura científica con espíritu crítico, acorde con las necesidades del Espacio Iberoamericano de Conocimiento.

Si tenemos en cuenta que para muchos de los habitantes de Iberoamérica su único alimento cultural es el que le proporcionan los medios de comunicación no podemos más coincidir con esta propuesta del documento que insiste en que para lograrla se requiere profundizar el alcance de la red de divulgación y comunicación científica impulsada por la OEI con la participación de más países y universidades e instituciones de investigación. También, en que es necesario considerar aspectos tales como la presencia de la ciencia local en relación a la extranjera; la consideración de controversias y riesgos científico-tecnológicos, la representación de la función social de los científicos y tecnólogos; las fuentes informativas que tienen más peso en el discurso periodístico; las temáticas que son privilegiadas en el discurso periodístico y configuran la agenda mediática, así como su relación con las capacidades y objetivos estratégicos de las políticas de ciencia y tecnología, entre otros temas. Una acción complementaria es dar impulso a programas de actualización para periodistas en ejercicio y de formación para aspirante a periodistas científicos.

Desde la Asociación Iberoamericana de Periodismo Científico, entidad fundada en 1969 por el doctor Manuel Calvo Hernando, hacemos votos porque estas propuestas con las que estamos profesionalmente comprometidos logren consolidarse. Máxime atendiendo que, en esta oportunidad, su aporte para la construcción de una sociedad del conocimiento de alcance iberoamericano se encarna en la idea de un “Espacio Iberoamericano del Conocimiento” que entró en la escena como una consigna pero que hoy está mostrando una gran vitalidad, después de haber sido adoptado por las Cumbres Iberoamericanas.

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