Mg. Ageleo Justiniano Tucto.
Comunidad de Educadores para la Cultura Científica. Comentario al documento propuesto por la OEI.
En la encuesta iberoamericana a estudiantes de nivel medio, realizado por el observatorio de la OEI (2009), en las ciudades de Asunción, Bogotá, Buenos Aires, Lima, Madrid, Montevideo y Sao Paulo, en promedio, el 41% no tiene interés por ninguna profesión, el 26,5% tiene interés por la profesión ingeniero, el 22,7% por médico, el 13,2% a profesor y el 10,4% a científico.
La investigación revela que en Iberoamérica existe un bajo porcentaje de interés por la profesión científica y solo una cuarta parte de los estudiantes encuestados se interesan por la ingeniería, seguidos por la profesión médica.
Entre los factores más relevantes que desalientan a los jóvenes para elegir una profesión científica se tiene: dificultad de las materias de ciencias 60.7%, preferencia por otras salidas profesionales 51.6%, aburrimiento en las materias de ciencias 50.6%. La encuesta muestra que los estudiantes no se interesan por la ciencia debido a que tienen dificultades en dichas materias y porque les parece aburrida.
Los efectos a mediano plazo se aprecian en los recursos humanos y los productos de la actividad científica que genera cada país para construir su desarrollo. Según datos de RICYT, OCE y UNESCO (2009), al tratar sobre recursos humanos para la I+D, se tiene que lograron el doctorado 11,368 personas en Brasil, en México 2,724, en Argentina 937, en Cuba 645, en Chile 395, en Colombia 152 y en Venezuela 19. Asimismo, apreciando los productos de la actividad científica y tecnológica, en 2009 el Science Citation Index registraba 34,243 artículos de Brasil; 9,778 de México; 7,739 de Argentina y 4,952 de Chile.
Luego seguían Colombia (2386), Venezuela (1400), Cuba (950), Perú (761) y Uruguay (686). Los sistemas de innovación en Iberoamérica son emergentes, por la escasa asignación de recursos para I+D e innovación, a las características estructurales de los sectores productivos, con presencia de sectores predominantemente tradicionales y con nivel bajo de tecnología, baja relación entre las universidades, centros de I+D y las empresas.
Para superar la situación descrita, los gobiernos iberoamericanos deben comprometerse a incrementar progresivamente la inversión en I+D, por cuanto al año 2009 la inversión por este concepto con respecto a su PBI, en América Latina fue de 0.7%, en Iberoamérica fue el 0.9%, en la Unión Europea 2.05%, en Estados Unidos el 3.04% y en Japón el 3.96% (Fuente: RICYT y OCDE, 2009).
La asignación escasa de recursos limita contar con profesionales altamente capacitados ocasionando la fuga de cerebros. La implementación de un Programa estratégico con cooperación internacional para la creación, difusión, transferencia y aplicación del conocimiento científico y tecnológico, por ser un instrumento de transformación social; ayudará a superar las brechas sociales, económicas, de conocimiento y productividad existentes entre los países, enrumbando hacia el desarrollo sostenido con cohesión social.
Con acertada visión global de desarrollo, la Organización de Estados Iberoamericanos, en su publicación sobre la Ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo social y la cohesión social (2012), presenta un Programa de ciencia y tecnología para el desarrollo sostenible, la equidad y la cohesión social aplicable a escala iberoamericana, considerando la diversidad de realidades nacionales.
El conjunto de estrategias propuestas en el Programa iberoamericano en la década de los bicentenarios para superar la disparidad en el desarrollo basada en el conocimiento son: Fortalecer la innovación y el desarrollo tecnológico (apoyando iniciativas que fomenten la innovación, fomento de la vinculación, servicios de información tecnológica, etc.), orientar la investigación con criterios de excelencia y relevancia (apoyo metodológico a los ONCYT, crear centros de referencia, publicaciones científicas, antenas hacia el futuro), Vincular las +D con las demandas sociales (proyectos complejos con orientación social, apoyo a iniciativas de innovación social), fomentar la investigación en ciencias sociales (fomentar la investigación en ciencias sociales como apoyo a las políticas públicas), mejorar la calidad educativa y promover las carreras científicas (ciencia y tecnología en la escuela, promoción de las vocaciones científicas), fomentar la cultura científica y la percepción pública de la ciencia y tecnología (comunicación y divulgación científica, monitorear el estado de opinión pública sobre ciencia y tecnología, evaluar la exposición de la ciencia en medios de comunicación), integrar el espacio iberoamericano del conocimiento (movilidad de investigadores, movilidad de doctorados, fomentar las redes de investigación, fomentar la cooperación interregional en educación superior), aumentar la inversión en I+D (compromiso iberoamericano sobre metas de inversión en I+D, estimular la inversión privada en I+D), aumentar el número de investigadores y tecnólogos (compromiso iberoamericano para aumentar el número de investigadores y tecnólogos), fortalecer la gestión de las instituciones científicas y tecnológicas (capacitar en gestión a los gestores de los Organismos Nacionales de Ciencia y Tecnología –ONCYT, fortalecer el sistema iberoamericano de indicadores - RICYT).
Las áreas estratégicas propuestas son: Tecnología de alimentos, nanotecnología, biotecnología, tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC); entre otras áreas se tiene: Alimentos, biodiversidad, descontaminación, energía, explotación sustentable de recursos humanos, forestación, recursos hídricos, transporte.
Llevar adelante el Programa iberoamericano para lograr el desarrollo productivo, equidad distributiva, cohesión, ciudadanía y participación, educación de calidad y con amplia cobertura, cooperación y construcción de espacios internacionales, madurez científica y tecnológica; requiere previamente el fortalecimiento institucional, la formación de investigadores y tecnólogos, la creación de instrumentos de vinculación y la difusión social de los conocimientos.
Las acciones señaladas se harán viables sólo cuando se considere a la educación como su principal soporte, debido a que la educación constituye el eje para el desarrollo social y humano, por su gran impacto en la producción, difusión, transferencia, aplicación de la ciencia y la tecnología, en la cohesión social, innovación, participación y el ejercicio de la ciudadanía. Por tanto, es pertinente impartir la ciencia y la tecnología desde el nivel inicial en la escuela y promover la vocación científica, sensibilizando a la ciudadanía para teneruna percepción pública favorable respecto a la ciencia, la tecnología y la innovación.
La enseñanza y la difusión de la ciencia, tecnología e innovación, en la escuela y la comunidad debe abordarse involucrando la participación del gobierno, el sector productivo y las instituciones científicas y académicas como sostiene Jorge Sobato (1968); enfocadoa las siguientes dimensiones: a) información e interés sobre temas de ciencia y tecnología (documentales de ciencia, vida animal o medio ambiente, visita a museos, exposiciones de ciencia y tecnología), b) opinión sobre ciudadanía y políticas públicas en ciencia y tecnología (Reportes de los avances científicos en los países del mundo y su aporte en el desarrollo económico, social y cultural), c) actitudes y valoraciones respecto a ciencia y tecnología, d) apropiación social de la ciencia y tecnología considerando la participación social.
Referencias bibliográficas
OEI (2012); Ciencia,tecnología e innovación para el desarrollo y la cohesión social; España. FECYT, RICYT, OEI (2009), Cultura científica en Iberoamérica.
Encuesta en grandes núcleos urbanos, Madrid, Fecyt. Sobato, J.A. y Botana, N. (1968), “La ciencia y la tecnología en el desarrollo futuro de América Latina”, Revista de la Integración, INTAL, Buenos Aires, 1 (3): 15-36.
"La vida, dijo (Pitágoras), se parece a una asamblea de gente en los Juegos; así como unos acuden a ellos para competir, otros para comerciar y los mejores (vienen) en calidad de espectadores, de la misma manera, en la vida, los esclavos andan a la caza de reputación y ganancia, los filósofos, en cambio, de la verdad." Diógenes Laercio, Vidas de filósofos ilustres, VIII
martes, 28 de agosto de 2012
Soplan buenos vientos para la comunicación de la ciencia con fines educativos
Por Dra. Diana Cazaux.
Presidente de la Asociación Iberoamericana de Periodismo Científico
Aporte sobre Ciencia, Tecnología e Innovación para el desarrollo y la cohesión social
La Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) acaba de presentar el documento “Ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo y la cohesión social. Programa iberoamericano en la década de los bicentenarios”, sin duda un valioso aporte de propuestas que es de esperar se canalicen en un programa común para Iberoamérica.
Evalúo que atendiendo a la innovación así considerada, en esta oportunidad, América Latina logrará cristalizar el viejo anhelo, iniciado en la segunda mitad del siglo veinte, tendiente a aprovechar las oportunidades que el conocimiento científico y tecnológico ofrece y que estuvo presente en sus políticas desarrollistas.
Vemos con beneplácito que el documento destaca que en los primeros años del siglo XXI la política científica y tecnológica está siendo progresivamente incorporada a la agenda de los países de Iberoamérica
La inversión en ciencia, tecnología y educación superior ha aumentado en casi toda Iberoamérica. La mayor parte de los países han comenzado a formular y aplicar políticas de estímulo a la innovación. La cooperación internacional en ciencia y tecnología ha crecido y nutre las relaciones entre Iberoamérica y el resto del mundo. La creación de un espacio común destinado a fortalecer la educación superior, la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación es la tarea que se impone.
Para lograr sus objetivos el documento de la OEI describe estrategias basadas en diferente propuestas. Una de las estrategias pivotea en fomentar la cultura científica y la percepción pública de la ciencia y la tecnología.
Esta estrategia se orienta a mejorar la comunicación del conocimiento científico y tecnológico y a tomar el pulso a la opinión pública acerca de estos temas.
Se basa en el supuesto de que la información y cultura científica constituyen la base para la participación ciudadana y la democratización de la toma de decisiones en ciencia y tecnología.
Para llevar a cabo este objetivo ofrece tres propuestas:
• Comunicación y divulgación científica.
Esta propuesta se orienta a fomentar las tareas de comunicación y divulgación científica, involucrando más activamente a los investigadores en actividad, especialmente a las generaciones jóvenes, quienes se han mostrado durante los últimos años especialmente más predispuestos a relacionarse con los públicos.
Para ello, se propone dar apoyo las actividades de formación que en estos temas lleva adelante el Centro de Altos Estudios Universitarios (CAEU) de la OEI.
• Monitorear el estado de opinión pública sobre ciencia y tecnología.
Los desafíos de vincular la ciencia y la tecnología a las demandas sociales, así como la necesidad de fomentar la participación ciudadana, requieren la continuidad y profundización de los esfuerzos por medir la percepción social de la ciencia y la tecnología. Algo más de la mitad de los países de Iberoamérica ya cuentan con alguna experiencia en encuestas de alcance nacional en las que se miden las expectativas y las actitudes públicas hacia la ciencia y la tecnología. Algunos como España, México o Argentina miden con cierta regularidad –o han incorporado la medición como objetivo de política- desde algunos años.
Otros países, como Venezuela, Colombia, Panamá, Uruguay o Chile han realizado al menos el ejercicio de gran escala. De igual manera, también existen estudios comparativos de alcance regional, en base a metodologías comunes de medición, que fueron propiciados por instituciones y organismos de cooperación como la OEI y la RICYT con el apoyo de instituciones políticas, científicas y universidades nacionales de distintos países.
La propuesta consiste, en este caso, en dar impulso a la realización de encuestas en los países donde aún no se han desarrollado y fortalecer el diseño de metodologías comunes de medición a fin de lograr una mejor integración de las fuentes de información y mejorar la comparabilidad de resultados en vistas a un panorama regional articulado.
También es necesario avanzar hacia la elaboración en el mediano plazo de un Ibero barómetro de percepción social de la ciencia en condiciones de recoger las especificidades regionales y comparaciones a escala internacional, así como desarrollar estudios de actitudes públicas en temas específicos.
• Evaluar la exposición de la ciencia en medios de comunicación.
Se propone generar un programa de indicadores de monitoreo que permita evaluar la forma en que la ciencia y la tecnología son presentadas en los medios de comunicación iberoamericanos.
Los medios masivos de comunicación constituyen una de las instituciones fundamentales de la modernidad y han pasado a desempeñar un rol central en las democracias contemporáneas.
Estos medios de comunicación –los tradicionales y los nuevos de las sociedades informatizadas- son los que posibilitan que la ciencia haya ido diversificando sus audiencias y ganando al mismo tiempo una presencia permanente en el discurso social. Junto con ello, la propia ciencia ha experimentado un proceso de mediatización creciente, como también lo experimentaron otros ámbitos sociales, como la política.
Esto implica que la lógica de la industria cultural y de los medios de comunicación han sido modificando las prácticas de las instituciones científicas y, también, introduciendo nuevos valores en la comunidades de la ciencia.
Los estudios de percepción del mundo entero muestran, además, la obvia conclusión de que el contacto más directo de la sociedad con la ciencia está mediatizado por los medios informativos.
Los medios son, por lo tanto, instrumentos poderosos para la configuración de las representaciones sociales sobre la ciencia y la tecnología. Pero, además, también los medios son vehículos de vital importancia para promover actitudes positivas y un clima social favorable hacia el desarrollo de una cultura científica con espíritu crítico, acorde con las necesidades del Espacio Iberoamericano de Conocimiento.
Si tenemos en cuenta que para muchos de los habitantes de Iberoamérica su único alimento cultural es el que le proporcionan los medios de comunicación no podemos más coincidir con esta propuesta del documento que insiste en que para lograrla se requiere profundizar el alcance de la red de divulgación y comunicación científica impulsada por la OEI con la participación de más países y universidades e instituciones de investigación. También, en que es necesario considerar aspectos tales como la presencia de la ciencia local en relación a la extranjera; la consideración de controversias y riesgos científico-tecnológicos, la representación de la función social de los científicos y tecnólogos; las fuentes informativas que tienen más peso en el discurso periodístico; las temáticas que son privilegiadas en el discurso periodístico y configuran la agenda mediática, así como su relación con las capacidades y objetivos estratégicos de las políticas de ciencia y tecnología, entre otros temas. Una acción complementaria es dar impulso a programas de actualización para periodistas en ejercicio y de formación para aspirante a periodistas científicos.
Desde la Asociación Iberoamericana de Periodismo Científico, entidad fundada en 1969 por el doctor Manuel Calvo Hernando, hacemos votos porque estas propuestas con las que estamos profesionalmente comprometidos logren consolidarse. Máxime atendiendo que, en esta oportunidad, su aporte para la construcción de una sociedad del conocimiento de alcance iberoamericano se encarna en la idea de un “Espacio Iberoamericano del Conocimiento” que entró en la escena como una consigna pero que hoy está mostrando una gran vitalidad, después de haber sido adoptado por las Cumbres Iberoamericanas.
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Presidente de la Asociación Iberoamericana de Periodismo Científico
Aporte sobre Ciencia, Tecnología e Innovación para el desarrollo y la cohesión social
La Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) acaba de presentar el documento “Ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo y la cohesión social. Programa iberoamericano en la década de los bicentenarios”, sin duda un valioso aporte de propuestas que es de esperar se canalicen en un programa común para Iberoamérica.
Evalúo que atendiendo a la innovación así considerada, en esta oportunidad, América Latina logrará cristalizar el viejo anhelo, iniciado en la segunda mitad del siglo veinte, tendiente a aprovechar las oportunidades que el conocimiento científico y tecnológico ofrece y que estuvo presente en sus políticas desarrollistas.
Vemos con beneplácito que el documento destaca que en los primeros años del siglo XXI la política científica y tecnológica está siendo progresivamente incorporada a la agenda de los países de Iberoamérica
La inversión en ciencia, tecnología y educación superior ha aumentado en casi toda Iberoamérica. La mayor parte de los países han comenzado a formular y aplicar políticas de estímulo a la innovación. La cooperación internacional en ciencia y tecnología ha crecido y nutre las relaciones entre Iberoamérica y el resto del mundo. La creación de un espacio común destinado a fortalecer la educación superior, la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación es la tarea que se impone.
Para lograr sus objetivos el documento de la OEI describe estrategias basadas en diferente propuestas. Una de las estrategias pivotea en fomentar la cultura científica y la percepción pública de la ciencia y la tecnología.
Esta estrategia se orienta a mejorar la comunicación del conocimiento científico y tecnológico y a tomar el pulso a la opinión pública acerca de estos temas.
Se basa en el supuesto de que la información y cultura científica constituyen la base para la participación ciudadana y la democratización de la toma de decisiones en ciencia y tecnología.
Para llevar a cabo este objetivo ofrece tres propuestas:
• Comunicación y divulgación científica.
Esta propuesta se orienta a fomentar las tareas de comunicación y divulgación científica, involucrando más activamente a los investigadores en actividad, especialmente a las generaciones jóvenes, quienes se han mostrado durante los últimos años especialmente más predispuestos a relacionarse con los públicos.
Para ello, se propone dar apoyo las actividades de formación que en estos temas lleva adelante el Centro de Altos Estudios Universitarios (CAEU) de la OEI.
• Monitorear el estado de opinión pública sobre ciencia y tecnología.
Los desafíos de vincular la ciencia y la tecnología a las demandas sociales, así como la necesidad de fomentar la participación ciudadana, requieren la continuidad y profundización de los esfuerzos por medir la percepción social de la ciencia y la tecnología. Algo más de la mitad de los países de Iberoamérica ya cuentan con alguna experiencia en encuestas de alcance nacional en las que se miden las expectativas y las actitudes públicas hacia la ciencia y la tecnología. Algunos como España, México o Argentina miden con cierta regularidad –o han incorporado la medición como objetivo de política- desde algunos años.
Otros países, como Venezuela, Colombia, Panamá, Uruguay o Chile han realizado al menos el ejercicio de gran escala. De igual manera, también existen estudios comparativos de alcance regional, en base a metodologías comunes de medición, que fueron propiciados por instituciones y organismos de cooperación como la OEI y la RICYT con el apoyo de instituciones políticas, científicas y universidades nacionales de distintos países.
La propuesta consiste, en este caso, en dar impulso a la realización de encuestas en los países donde aún no se han desarrollado y fortalecer el diseño de metodologías comunes de medición a fin de lograr una mejor integración de las fuentes de información y mejorar la comparabilidad de resultados en vistas a un panorama regional articulado.
También es necesario avanzar hacia la elaboración en el mediano plazo de un Ibero barómetro de percepción social de la ciencia en condiciones de recoger las especificidades regionales y comparaciones a escala internacional, así como desarrollar estudios de actitudes públicas en temas específicos.
• Evaluar la exposición de la ciencia en medios de comunicación.
Se propone generar un programa de indicadores de monitoreo que permita evaluar la forma en que la ciencia y la tecnología son presentadas en los medios de comunicación iberoamericanos.
Los medios masivos de comunicación constituyen una de las instituciones fundamentales de la modernidad y han pasado a desempeñar un rol central en las democracias contemporáneas.
Estos medios de comunicación –los tradicionales y los nuevos de las sociedades informatizadas- son los que posibilitan que la ciencia haya ido diversificando sus audiencias y ganando al mismo tiempo una presencia permanente en el discurso social. Junto con ello, la propia ciencia ha experimentado un proceso de mediatización creciente, como también lo experimentaron otros ámbitos sociales, como la política.
Esto implica que la lógica de la industria cultural y de los medios de comunicación han sido modificando las prácticas de las instituciones científicas y, también, introduciendo nuevos valores en la comunidades de la ciencia.
Los estudios de percepción del mundo entero muestran, además, la obvia conclusión de que el contacto más directo de la sociedad con la ciencia está mediatizado por los medios informativos.
Los medios son, por lo tanto, instrumentos poderosos para la configuración de las representaciones sociales sobre la ciencia y la tecnología. Pero, además, también los medios son vehículos de vital importancia para promover actitudes positivas y un clima social favorable hacia el desarrollo de una cultura científica con espíritu crítico, acorde con las necesidades del Espacio Iberoamericano de Conocimiento.
Si tenemos en cuenta que para muchos de los habitantes de Iberoamérica su único alimento cultural es el que le proporcionan los medios de comunicación no podemos más coincidir con esta propuesta del documento que insiste en que para lograrla se requiere profundizar el alcance de la red de divulgación y comunicación científica impulsada por la OEI con la participación de más países y universidades e instituciones de investigación. También, en que es necesario considerar aspectos tales como la presencia de la ciencia local en relación a la extranjera; la consideración de controversias y riesgos científico-tecnológicos, la representación de la función social de los científicos y tecnólogos; las fuentes informativas que tienen más peso en el discurso periodístico; las temáticas que son privilegiadas en el discurso periodístico y configuran la agenda mediática, así como su relación con las capacidades y objetivos estratégicos de las políticas de ciencia y tecnología, entre otros temas. Una acción complementaria es dar impulso a programas de actualización para periodistas en ejercicio y de formación para aspirante a periodistas científicos.
Desde la Asociación Iberoamericana de Periodismo Científico, entidad fundada en 1969 por el doctor Manuel Calvo Hernando, hacemos votos porque estas propuestas con las que estamos profesionalmente comprometidos logren consolidarse. Máxime atendiendo que, en esta oportunidad, su aporte para la construcción de una sociedad del conocimiento de alcance iberoamericano se encarna en la idea de un “Espacio Iberoamericano del Conocimiento” que entró en la escena como una consigna pero que hoy está mostrando una gran vitalidad, después de haber sido adoptado por las Cumbres Iberoamericanas.
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Publicado por
JOSÉ DAVID
en
12:33
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