Valorar y participar son dos infinitivos que resumen algunas de las condiciones esenciales para el ejercicio de la ciudadanía. Valorar es necesario para poder elegir y decidir. Valorar supone asumir que las cosas y las acciones tienen valor, que incorporan valores. La convivencia ciudadana exige de las personas la capacidad para evaluar las implicaciones de sus decisiones, la capacidad de valorar. Pero en las sociedades democráticas es necesario, además, que los ciudadanos sean capaces de participar, de tomar partido y, especialmente, de tomar parte en la gestión y resolución de los problemas inherentes a la convivencia.
Valorar y participar son, por tanto, dos aspectos que no deben ser ajenos a la educación de la ciudadanía. Son fines educativos no menos importantes que los que permiten conocer y manejar las claves del mundo en que vivimos. Además de desarrollar conocimientos y destrezas, una educación integral debe propiciar que las personas desarrollen capacidades que les permitan valorar, distinguir en cada caso lo mas deseable, lo mas justo y lo más bello, y preferirlo frente a sus contrarios. Y debe propiciar, también, que aprendan a participar, a tomar parte en la construcción de entornos humanos que favorezcan la convivencia y la solución negociada de los problemas.
Este libro se inserta, por tanto, en el contexto de la educación en valores, del compromiso con la idea de que la educación es algo más que la suma de enseñanzas disciplinares. Educar supone un valor añadido sobre la mera instrucción y ese valor añadido tiene que ver, precisamente, con el desarrollo de las capacidades para valorar y participar que hacen posible la convivencia en sociedad.
Se trata, por tanto, de una obra orientada hacia la educación ciudadana. Pero es también un libro sobre ciencia y tecnología, sobre los retos y los desafíos que ambas suponen para la sociedad y el medio ambiente. Porque aprender a valorar y participar son también objetivos que deben formar parte de la educación científica y tecnológica. Las controversias y las decisiones no sólo aparecen en la vida social y política. También están en presentes en la ciencia y la tecnología.
Ciencia, tecnología, sociedad y valores no son cuatro conceptos en los que la certeza y la neutralidad corresponda a los dos primeros y la incertidumbre y la controversia sean sólo propias de los dos segundos. La ciencia y la tecnología son productos humanos y, como tales, incorporan también los valores y los intereses propios de los seres humanos. Por otra parte, en la sociedad actual no es posible hablar de valores sin tomar en consideración las implicaciones que, para lo bueno y para lo malo, se derivan del desarrollo de la ciencia y la tecnología. La ciencia, la tecnología, la sociedad y los valores son, por tanto, cuatro conceptos en cuyo desarrollo se trenzan de un modo muy sutil los aspectos epistémicos y axiológicos, lo fáctico y lo valorativo, lo que atañe a lo que es y a lo que debe ser. Porque ser y deber ser son ámbitos que continuamente interaccionan en las controversias sociales y, especialmente, en las controversias referidas al desarrollo de la ciencia y la tecnología y sus implicaciones para los seres humanos.
Es éste, por tanto, un libro sobre controversias, sobre problemas en los que la ciencia y la tecnología están muy presentes, pero que implican decisiones que no pueden ser tomadas sólo por los expertos. Se trata de decisiones de mayor alcance que el meramente epistémico o práctico. Decisiones que comportan disputas valorativas cuya resolución requiere del concurso y la participación de los ciudadanos. Es, por tanto, un libro que incluye controversias cuyo principal valor es el de aprender a participar. Y aprender a participar en un ámbito aparentemente tan refractario a ello como el de la ciencia y la tecnología.
Las diez controversias sobre ciencia, tecnología, sociedad y valores que aquí se recogen corresponden al trabajo que hemos venido desarrollando en el seno del Grupo Argo de renovación educativa con el apoyo de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Son diez casos simulados en los que se presentan controversias abiertas sobre determinados problemas de alcance social o ambiental relacionadas con el desarrollo tecnocientífico. Varios de esos casos han sido utilizados como materiales didácticos en acciones de investigación educativa, desarrollo curricular y formación docente.
Cada controversia parte de una noticia ficticia, pero completamente verosímil, que plantea un problema en cuya resolución están implicados varios actores sociales con ideas, opiniones e intereses diversos. Científicos, ingenieros, empresas, políticos, ecologistas, grupos vecinales, asociaciones profesionales, ciudadanos afectados, etc. son el tipo de colectivos que pueden constituir la red de actores que conforma el caso simulado.
El diseño de cada controversia parte de la realidad, de la naturaleza del problema que en ella se pretende plantear. Discusiones sobre los riesgos para la salud o el medio ambiente de determinados desarrollos tecnocientíficos, polémicas sobre urbanismo, ordenación del territorio o sobre las distintas formas de empleo afectadas por el desarrollo tecnológico son, entre otros, algunos de los asuntos que se plantean en las diez controversias que se incluyen en este libro. Son controversias tomadas, por tanto, de la realidad. Polémicas que muestran la forma en que el desarrollo tecnocientífico afecta a la sociedad y compromete valores diversos que deben ser tenidos en cuenta. Quizá lo único que no es real es el equilibrio entre las diversas posturas y la igualdad de acceso a la información y el debate. La realidad no siempre es tan equilibrada, ni facilita tan claramente oportunidades para la participación democrática de todos en la resolución de los problemas que a todos afectan. Pero, precisamente por ello, es necesario que en la educación se diseñen escenarios para la simulación de los procesos de toma de decisiones en los que, efectivamente, sea posible aprender a participar, aprender que puede haber diversos puntos de vista sobre un mismo problema y aprender que una decisión será más democrática si toma en consideración los argumentos que cabe plantear desde cada uno de esos puntos de vista.
En la configuración de la red de actores que intervienen en cada controversia se intenta garantizar, por tanto, un adecuado equilibrio de posturas y argumentos a fin de que, a diferencia de lo que muchas veces sucede en la realidad, no se cierre el debate antes de haberse iniciado. En todas las simulaciones existe un actor social que hace de mediador y que se encarga de presentar los distintos puntos de vista y de velar por la limpieza democrática del debate. Es un actor social de gran importancia ya que, además, será el encargado de adoptar la decisión final con la que se cerrará la controversia a la vista de los argumentos planteados.
El desarrollo en el aula de estos casos simulados sobre ciencia, tecnología sociedad y valores sigue una secuencia de actividades bien definida. Tras la lectura de la noticia ficticia y de algunos de los documentos con los que se articula la controversia, se reparten los papeles de los actores sociales entre diferentes equipos de alumnos a fin de que éstos busquen argumentos para defender las posiciones que les han correspondido. El trabajo de los equipos consiste, por tanto, en documentarse e investigar para preparar argumentos en favor de sus posiciones, que se recogerán en informes escritos y se defenderán públicamente ante los demás. Posteriormente se abre un debate entre todos los implicados en la controversia que se simula. Tal debate es moderado por el equipo que hace de mediador que, como se ha dicho, tendrá que tomar la decisión final sobre el asunto que se discute a la vista de las informaciones y los argumentos que se han presentado y discutido. Tras la justificación de la decisión tomada, fuera ya de la controversia ficticia, se dedica un tiempo al diálogo abierto en el aula para analizar la decisión adoptada y los argumentos que han aparecido en la controversia, comparando todo ello con lo que sucede en la realidad en decisiones de naturaleza análoga.
Las controversias simuladas que se plantean en los diez capítulos de este libro abordan cuestiones diversas como se puede ver en una breve presentación de cada una de ellas.
1) Ética, vacunas y ensayos en fase III. Una controversia sobre salud, investigación y derechos sociales. Una multinacional farmacéutica quiere experimentar una posible vacuna contra el SIDA en fase III. Si tiene éxito podrá comercializarse en todo el mundo. Sin embargo, hay quienes consideran que ese ensayo entraña problemas éticos ya que los riesgos a los que se expondría a los participantes serían excesivos y la razón para acelerar el experimento es el beneficio económico de la empresa. El hecho de que el experimento deba realizarse en los países africanos en los que la enfermedad está más extendida añade una dimensión social y política de gran alcance a esta controversia sobre la ética de la investigación biomédica.
2) Dopaje y ciclismo. Una controversia sobre deporte, farmacología y valoración pública. Un equipo ciclista recibe una oferta para ser patrocinado por una empresa que se dedica a la producción de fármacos que pueden ser utilizados como sustancias dopantes. La empresa quiere dar una imagen saludable con su mecenazgo de una actividad deportiva, pero hay quienes piensan que podría ser la imagen de los propios deportistas la que saldría perjudicada. Algunos ciclistas consideran que el beneficio económico es la razón por la que participan en pruebas deportivas tan duras, por lo que no ven mal aceptar la oferta de patrocinio.
3) Antenas, teléfonos y salud. Una controversia sobre radiaciones, riesgos biológicos y vida cotidiana. Una empresa de telefonía ofrece a un centro educativo una importante suma por el alquiler de su tejado para instalar en él una antena para la amplificación de la señal de telefonía celular. La oferta plantea a la comunidad educativa una intensa controversia en la que se discuten los posibles efectos para la salud de este tipo de radiaciones. Las ventajas y los inconvenientes de las tecnologías de la comunicación en las formas de vida actuales son también aspectos que se debaten en esta controversia.
4) Petróleo en la costa. Una controversia sobre energía, combustibles fósiles y sostenibilidad. Muy cerca de la costa se ha descubierto una importante bolsa de petróleo. Una multinacional pretende instalar una serie de plataformas para su explotación. La noticia crea un intenso debate sobre los riesgos de la extracción y el transporte del crudo, así como las implicaciones económicas, medioambientales y sociales de esta fuente de energía. La sostenibilidad de la economía del petróleo, los conflictos internacionales relacionados con ella y las posibles alternativas energéticas en el futuro son aspectos globales que también aparecen en esta controversia que surge a partir de un problema local.
5) El Amazonas y la contaminación. Una controversia sobre agua, industrialización y ecología. En una zona virgen del Amazonas se proyecta construir un gran complejo industrial que supondrá un gran desarrollo económico aunque tendrá importantes efectos sobre las formas de vida tradicionales y sobre el entorno natural del río. El problema de la gestión del agua y las tensiones derivadas de su uso por los sectores primario, industrial y de servicios son cuestiones que también se abordan en esta controversia.
6) Gestionando la basura. Una controversia sobre consumo, residuos y medio ambiente. Una ciudad tiene un serio problema con la gestión de sus basuras. Hasta ahora se depositaban en las afueras, pero se está planteando emprender un tratamiento sistemático para los residuos sólidos urbanos. Las alternativas son varias: desde dejar las cosas como están hasta aceptar la oferta de una empresa privada para instalar una planta incineradora. Los problemas derivados del consumo y las distintas alternativas para su resolución aparecen en esta controversia en la que se discuten cuestiones ambientales, sanitarias y urbanísticas que están estrechamente entrelazadas.
7) Construyendo la ciudad. Una controversia sobre urbanismo, planificación y participación comunitaria. Una ciudad se plantea regenerar una zona de cierto valor histórico aunque bastante degradada. Los proyectos que se someten al debate público son muy diversos: desde parques tecnológicos hasta viviendas y centros comerciales. Los modelos de desarrollo urbanístico y los distintos intereses y valores que hay en ellos son aspectos genéricos que aparecen en esta controversia centrada en un problema aparentemente local.
8) Vías o autovías. Una controversia sobre movilidad, gestión del transporte y organización del territorio. En la autovía que conecta tres ciudades son continuos los atascos, la situación está ya al borde del colapso. Se proponen diversas soluciones a este problema. Hay quienes reclaman nuevos carriles o la construcción de otra autovía paralela, y hay también quienes sostienen que la solución sería el transporte público por ferrocarril. La relación entre el transporte y las formas de vida social aparecen en esta controversia en la que los valores individuales propios del automóvil privado se confrontan con otras alternativas de transporte colectivo.
9) Comida rápida o cocina tradicional. Una controversia sobre alimentación, automatización y empleo. Un restaurante tradicional muy afamado recibe una oferta para ser adquirido por una empresa multinacional de comida rápida. Los procesos culinarios tradicionales serían sustituidos por procedimientos estandarizados y automatizados que supondrían un gran cambio para los trabajadores del local. Las distintas costumbres alimentarias, las diferentes formas de ocio y la organización del trabajo están siendo notablemente afectados por los cambios tecnológicos en la producción y el consumo. Los valores inherentes a estos cambios son analizados en esta polémica que también se plantea en un contexto muy local pero que suscita cuestiones de alcance universal.
10) ¿La escuela en casa? Una controversia sobre educación, nuevas tecnologías y socialización. Un grupo de familias de diversos países se han asociado para pedir a los gobiernos que deroguen las leyes que exigen la escolarización obligatoria de los niños. Consideran que con Internet ya pueden educar a sus hijos desde sus casas y que la escuela ha sido superada por las nuevas tecnologías, por lo que no tiene sentido, según ellos, el mantenimiento de la obligación legal de llevar a los niños a la escuela. Se trata de analizar el reto que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación plantean a las formas de socialización y educación de los niños y jóvenes. Un desafío que puede poner en cuestión los valores y funciones que históricamente se han atribuido a la institución escolar.
Las controversias descritas abarcan diversas dimensiones temáticas (salud, medioambiente, urbanismo, educación...) y dan cabida tanto a asuntos relacionados claramente con las ciencias naturales y las tecnologías materiales (casos 1, 2, 3, 4, 5 y 6) como a cuestiones que se hallan próximas a las ciencias sociales y las tecnologías de organización social (casos 7, 8, 9 y 10). También la dimensión de las casos es muy variada, en algunos se plantean problemas globales y de una dimensión mundial (casos 1 y 10), otros tienen como escenario contextos nacionales o regionales (casos 2, 5, y 8) y otros que se centran en controversias muy próximas y locales, pero que, por su naturaleza, podrían ser transferibles a otros contextos (casos 3, 4, 6, 7 y 9).
Estos casos simulados suponen, por tanto, una apuesta por renovar, en clave participativa, las actividades que pueden plantearse en el aula sobre las implicaciones sociales y valorativas del desarrollo de la ciencia y la tecnología. Partir de problemas reales pero configurando controversias simuladas es una opción deliberada que facilita el aprendizaje de la participación y la toma de decisiones sobre problemas que, para ello, han de presentarse como abiertos. Si las controversias que se plantearan no fueran simuladas difícilmente se podrían recrear las condiciones de equilibrio entre las posturas que permiten el aprendizaje de la participación democrática.
Todos los capítulos de este libro siguen una estructura similar. Cada uno presenta las características y el alcance de una controversia determinada, combinando la descripción que de ella hace su autor con una serie de documentos que le dan contenido y facilitan su uso en el aula. Esos documentos aportan fragmentos de la noticia ficticia de la que parte cada polémica y de otros argumentos e informaciones que avalarían la postura de cada uno de los actores sociales que intervienen en la controversia simulada. Por tanto, muchos de esos documentos complementarios son también ficticios. Al final de cada capítulo se incluyen algunas referencias bibliográficas relacionadas con el tema y se sugieren direcciones en Internet en las que se puede encontrar información de interés para preparar los argumentos en la controversia.
Cada capítulo incluye también en su desarrollo dos cuestionarios. Aunque su sentido se comprende en el contexto de la descripción de cada controversia, con carácter general el primer cuestionario de cada capítulo plantea una serie de interrogantes generales sobre el tema que se trata. Planteadas al inicio y al final de la simulación, esa serie de preguntas permite evaluar el cambio de ideas y de actitudes que se produce en los alumnos tras el trabajo con el caso simulado. En la parte final de cada capítulo se puede encontrar también un segundo cuestionario más centrado en la controversia concreta que se está tratando y en los aspectos que deben ser considerados para adoptar la decisión final. Su utilidad principal es, por tanto, la de centrar el debate entre los equipos que representan el papel de los diferentes actores sociales en el aula y favorecer que todos ellos aborden una serie de aspectos comunes en la preparación de los argumentos en favor de su postura.
Se ha pedido a cada autor que en el desarrollo de su capítulo no haga mención al carácter simulado de la controversia que ha preparado. Así, el docente que desee usar estos materiales en sus aulas podrá, según su criterio, aplazar el tiempo que estime conveniente el momento en que desvelará a sus alumnos que la controversia que se está desarrollando en el aula no es real.
Llevar al aula la ironía propia del juego simulado es una opción muy adecuada para propiciar el aprendizaje social de la participación pública en los dilemas valorativos que entraña el desarrollo tecnocientífico. Para alcanzar un objetivo tan serio como éste no es un mal medio utilizar la alegría propia del juego, un valor que nunca debería ser ajeno a las aulas porque tampoco es ajeno al verdadero valor de educar.